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Los malos padres si existen.

  • Foto del escritor: Rubén Peralta
    Rubén Peralta
  • 22 abr 2020
  • 3 Min. de lectura

Es difícil creer que existan padres o madres que en lugar de cuidar, ayudar, amar o educar a sus hijos; los agredan y/o los lastimen física y psicológicamente. A estos padres ya se le conocen cómo padres enfermizos o padres tóxicos.

Estos padres en lugar de ofrecer afecto y seguridad a sus hijos, son capaces de destruirlos afectándolos de manera directa o indirectamente.


¿Cómo identificarlos?


Los padres tóxicos anteponen frecuentemente sus intereses a los de sus hijos, no les preocupa su educación, su salud, su alimentación y ninguna otra de sus necesidades básicas. Por si fuera poco, utilizan a sus propios hijos para proyectar sus problemas e inseguridades.

Es probable que conozcas un padre o madre enfermiza, aquí les dejo particularidades de sus rasgos característicos.



1. Usan con regularidad la agresión física y psicológica.


Utilizan el castigo físico cada vez que sus hijos desobedecen las instrucciones o cuando no hacen correctamente lo que les pide. Constantemente menosprecian a sus hijos, les ponen apodos despectivos, comparan a sus hijos con otros, les dirigen palabras hirientes como: menso, tarado, bueno para nada, maldito, muérete, etc.


2. Su crítica es indistintamente destructiva.

Si tienen algo que observar en sus hijos, solo centran su atención en lo negativo. Sus críticas sólo las usan para humillar, si pueden humillarlos delante de otras personas, pareciera ser mejor.


Es muy difícil que puedan hacer notar las cualidades en sus hijos, parecieran hacerse de la vista gorda cuando sus hijos hacen las cosas correctamente. No se atreven a reconocer los esfuerzos.


3. Se dicen ser víctimas

La desobediencia, la rebeldía que sus hijos presenten dicen ser actos que les torturan, que les duelen, que no saben cómo resolverlos.

Dicen también que de nada sirve intentar hacer las cosas diferentes, porque no lo merecen.


Estos padres o madres justifican su proceder contra sus hijos diciendo que no les queda otro camino, que prácticamente sus propios hijos le obligan a tener que ser así.


4. Son manipuladores

Constantemente mienten a sus hijos, no le cumplen lo que les prometen. Son irresponsables.

Utilizan la mentira para lograr que sus hijos hagan lo que ellos desean. Tienden a desilusionar a sus hijos, crean molestia, dolor, angustia y resentimiento.


5. El chantaje es su aliado.

Para recibir de atención, afecto y cariño emplean la amenaza. Sus hijos se ven obligados a tener que abrazarlos o estar con ellos, con tal de que sus padres les compren zapatos nuevos, les paguen la consulta con el dentista, le compren un helado, etc.

Crean dependencias patológicas. Se valen de las necesidades de sus propios hijos para sentirse importante.


6. Desconsiderablemente exigentes.

Piden que sus hijos realicen cosas que superan sus conocimientos, habilidades o capacidades.

Cuando sus hijos no pueden hacer cosas que el padre o madre les manda a hacer, -sabiendo que no están capacitados para hacerlo- estos los hacen sentir mal por ello; usando palabras hirientes y en ocasiones golpes.


7. Son auténticos dictadores

Utilizan el miedo para controlar a sus hijos. Les escogen a sus amigos, la pareja, la carrera profesional o el trabajo. Ya sabrán ustedes que sucede si sus hijos no obedecen.






8. Compiten con su hijos

Es evidente que envidian a sus hijos. Estos padres se esfuerzan por demostrar a sus hijos que son mejores que ellos. Continuamente les recuerdan que ellos con poco apoyo han hecho mucho y que ellos, sus hijos; no aprovechan las oportunidades.


Las consecuencias con frecuencias son las siguientes.

Estos niños de mayores suelen ser personas sumisas, inseguras, incapaces de comprometerse, con un perturbador sentimiento de culpa y con claros problemas emocionales. O por lo contrario, personas muy rebeldes que tenderán a repetir el patrón que vivieron en su infancia.



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